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Prólogo

Cuenta la historia que “El Complejo Turmet” fue un "parque temático” de ambiente bizarro, excéntrico, y donde sucedían cosas inexplicables, cosas de lo paranormal hasta que un día cerró sus puertas… Os contaré un poco más…

Su construcción data del año 1953; por aquella época oscuros y tenebrosos clanes urdían en las más misteriosas y ocultas técnicas del mal… se oía hablar de sectas, facciones, grupos de lo más enigmático y secreto.

Rumores surgieron de que en lo más profundo de Madriz, un padre de familia, experto en ocultismo, maniático, y algo extravagante, el Duque de Turmet, Apolonio Turmet, construyó su casa dentro de lo que llamó “Complejo Turmet”.

Mucho antes de la apertura del complejo, Apolonio Turmet ya era un hombre muy influyente, de un linaje adinerado, y con muchos contactos multimillonarios. Siempre se dijo que pertenecía a un clan de gente poderosa y que muchos de ellos eran los que iban a su “parque temático” a pasar las tardes, aunque nunca se demostró.

Obviamente, como ya habréis podido imaginar, el “Complejo Turmet” no era un “parque temático”, realmente era ese complejo donde un grupo de gente selecta y afín a las oscuras prácticas de la familia Turmet, disfrutaban de ociosas y lúgubres tardes llenas de excéntricos momentos y misteriosas asambleas.

En todo el complejo podíamos encontrar distintas zonas, como la casa de la pitonisa Ángeles Turmet, hermana de Apolonio, donde se realizaban sesiones de tarot principalmente.

También había una tienda para los más fanáticos y apasionados de las reliquias, llena de muñecos de lo más tétrico, aparatos extraños, amuletos…

Por un pasaje oculto, se encontraba una sala de fiestas y reuniones, lo llamaban “Hidden Club”, donde se juntaban los Turmet junto a sus amigos del clan para esparcirse y recrearse antes de las veladas secretas que en la casa de los Turmet acontecían.

Y por supuesto, estaba entre todo ello la espeluznante, aunque increíble, casa de los Turmet.

También se decía, que dentro de todo el complejo, y de las diferentes casas, había zonas ocultas, lugares que sólo algunas personas sabían de su existencia… pero nunca se han llegado a encontrar.

Capítulo 1 - La desaparición de Daniel

Un día, allá por el año 1985, Tristán Sabini, el afable y fiel amigo de Apolonio, encargado de la entrada del complejo, su mantenimiento, y en fin, todo lo que el señor Turmet le pedía que hiciese, estaba limpiando el complejo ya que la noche anterior Apolonio había tenido una reunión bastante larga con varias personas; y escuchó algo muy raro, algo que nunca antes había oído allí dentro, y al parecer, provenía de la tienda de reliquias.

Ese día, el hijo pequeño de los Turmet, Daniel de 10 años, estaba jugando en la tienda con su muñeco preferido, le llamaba Jud, era un muñeco ventrílocuo al que le tenía demasiado cariño, y del que no se separaba nunca. Daniel decía, que Jud, a parte de ser un muñeco, era su amigo, y cuando estaban solos hablaban y jugaban juntos, pero nadie le creía.

Tristán tiró el cepillo al suelo y salió corriendo hacia la tienda; su ahijado, Daniel, había desaparecido, no había ni rastro de él, y tampoco de Jud. El muñeco ventrílocuo había desaparecido junto al pequeño de los Turmet.

En ese mismo instante apareció la hija mayor de los Turmet, Amanda de 20 años, encargada de la tienda, que había ido a por algo de beber, cuando vio a Tristan atónito buscando a Daniel por toda la tienda.

Apolonio y su mujer aparecieron al instante, casi a la vez que Ángeles y su marido Juan. Apolonio tenía la cara descompuesta, nadie sabía lo que había sucedido…o quizás si…

Nadie se creía lo que estaba pasando, Daniel y “su amigo” Jud, no estaban en la tienda; gritos y más gritos llamando al pequeño de los Turmet, pero nadie respondía.

Victoria, la madre del pequeño Daniel, salió corriendo de la tienda en dirección a su casa, Amanda fue tras ella. Diana, la hija mediana de los Turmet de 17 años, estaba dentro de su habitación cuando su madre llegó corriendo, le dijo que hicieran las maletas, que tenían que marcharse de aquel lugar. Daniel había desaparecido y temía que fuera el inicio de algo mucho más peligroso, mucho más macabro…

Antes de irse, Victoria tuvo una gran discusión con Apolonio, las misteriosas reuniones que él tenía en su casa con los demás del clan, y sus paseos nocturnos por todo el complejo, no le gustaban y ese mismo día decidió abandonar el lugar junto con Amanda y Diana.

Apolonio, sumergido en lo más profundo de la pena, se acababa de dar cuenta de lo que había hecho…se encerró en su casa y no volvió a salir…sabía que tarde o temprano sucedería…

Tristán se pasó días y días buscando a Daniel por todo el complejo, sin fortuna. Vio cómo a aquel lugar ya no acudía nadie.

Capítulo 2 - La desesperación de Ángeles

Juan pensó que aquel suceso con Daniel hacía ya tres meses había vuelto loca a su mujer, inseparable de su sobrino preferido llevaba unos días muy rara, se pasaba horas encerrada en su habitación susurrando palabras y profecías que Juan no había escuchado antes.

Un día, Juan regresó a casa y la vio descompuesta, ida, no era ella, no sabía qué había sucedido pero estaba claro que algo no había salido bien.

Juan no aguantó más y decidió que debía llevar a su mujer a un psiquiátrico, sabía que algo malo estaba pasando de nuevo, que Ángeles había hecho algo fuera de lo común, el ambiente era demasiado oscuro alrededor de ellos. Ella solo decía algo en un lenguaje no entendible, repitiendo la misma palabra una y otra vez, pero Juan no entendía nada. Ese mismo día Juan la llevó al psiquiátrico y terminó encerrada allí.

Si lo de Daniel había sido una catástrofe, internar a Ángeles en aquel psiquiátrico fue la gota que colmó el vaso.

Todo el parque se llenó de oscuridad, de un ambiente tenebroso; mientras, Apolonio no salía de su casa, Juan se encerró en la suya y Tristán deambulaba por todos lados sin sentido, aunque no podía irse de allí, seguía obsesionado con encontrar a Daniel.

Epílogo

Al cabo de 30 años, un día, alguien llamó a las puertas del Complejo Turmet, en realidad eran unas puertas negras, de chapa, con un camaleón dibujado, el animal preferido de Apolonio y su seña de identidad en el clan, puertas que nadie identificaba con lo que realmente había dentro. A Apolonio siempre le gustaba jugar con sus invitados, y escondía pequeños camaleones de juguete por todo el complejo. Los invitados que encontrasen alguno, siempre se llevaban un regalo de su parte.

Mateo, el hijo mayor de Ángeles y Juan, y que se fue de casa muy pronto, junto con Amanda y su hermana Diana, las hijas de los Turmet, aparecieron allí. Tristán, mayor, pero nada envejecido, con casi 89 años que no aparentaba, no se podía creer nada de lo que estaba pasando.

Mateo, Amanda y Diana habían decidido volver y resolver lo que allí sucedió. Mateo, por su parte, quería visitar la casa de sus padres, decía que algo raro había sucedido allí, llevaba años dándole vueltas a la historia de el “Complejo Tumet”, lo que su padre le había contado hacía muchos años; que en todo el parque había un mal, y que todo debía de ser por culpa de su tío, Apolonio Turmet, y sus prácticas oscuras…

Tristán le contó la versión de la historia que él había vivido, que llevaba allí 37 años desde que todo sucedió y acompañó a Mateo hasta la casa de sus padres, cerrada desde el año 1992.

Amanda y Diana acompañaron a Mateo, querían ayudarle a él y a Tristán para poder resolver aquellos sucesos inexplicables.

Los cuatro decidieron reabrir las puertas del complejo, tenían que conseguir que grupos de personas viniesen para que les ayudaran a descubrir todos los misterios ocultos en el Complejo Turmet.

Mateo y Amanda iban a empezar por realizar tiradas de tarot en la casa de Ángeles, para que sus invitados les ayudaran a saber qué había sucedido allí en realidad.

Tristán por su lado, volvió a recuperar la fe gracias a los chicos, y decidió, con la ayuda de Amanda, iniciar de nuevo la búsqueda de Daniel por la tienda y el resto del complejo. Era el siguiente paso.

Pero quedaba la casa de los Turmet…Tristán les dijo a los chicos, que desde que Victoria se fue con Amanda y Diana, Apolonio no volvió a salir nunca de allí, cerró la casa por completo y ni siquiera Tristán supo más de él ya que nunca entraba en esa casa…sólo la veía desde fuera y ni siquiera se asomaba a las ventanas, la sensación era muy oscura, era muy tenebrosa…

No sabe qué pasó con Apolonio, si salió de allí, si nunca salió, si sigue o no con vida… La casa sigue cerrada, es un terreno tan negro, que no quiere acercarse ni por un instante, no se ha atrevido nunca.

Los chicos hablaron con Tristán, el plan era intentar conseguir información sobre la muerte de Ángeles y la desaparición de Daniel. Creyeron que si conseguían saber qué sucedió allí dentro, tendrían las pistas suficientes para abrir la casa de los Turmet y desentrañar, por fin, la verdad…